viernes, 23 de octubre de 2015

DESDE LA MÁGICA CIENCIA A LA CIENTÍFICA MAGIA (La piedra filosofal)


En la antigüedad era muy difícil separar la magia de la ciencia básica definida como hechos demostrados mediante el método científico. En antiguas civilizaciones los “médicos” eran también considerados magos ya que muchas de las curas para distintas enfermedades no estaban demostradas pero por el uso de diferentes sustancias que habían observado que tenían sus efectos (mayoría hierbas),  las civilizaciones los consideraban personas con poderes especiales.
Con el pasar de los años empezaron a dividirse…la magia se la comenzó a considerar un arte con el cual se pretende producir resultados contrarios a las leyes naturales. Mientras que la ciencia se la definió como el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, (sistemáticamente estructurados) de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.
Sin embargo existen periodo de nuestra historia donde hechos, considerados hoy en día teorías científicas, fueron en su momento productos de la magia… (Todo depende de la época y el contexto no?).

Hace ya bastantes años atrás cuando leí el primer libro de Harry Potter (Harry Potter y la piedra filosofal) me llamo la atención que la autora utilizara conocimientos de la alquimia, una disciplina de la antigüedad que utilizaba muchos conocimientos (obtenidos hasta ese momento) de la química. En especial la piedra filosofal. A su vez Paulo Coelho en su libro “El alquimista” (otro libro leído en mi adolescencia) también hace referencia a esta a esta sustancia, lo cual mi curiosidad me llevo a investigar sobre ella...



¿Que es (o era) la piedra filosofal?:
Para los alquimistas (personas que practicaban la alquimia) la piedra filosofal era una sustancia (que en realidad no se conocía su consistencia color ni forma) capaz de convertir el plomo en oro. Claro que en esa época no se conocía las propiedades y características de cada elemento de la tabla periódica (de hecho ni se había establecido la tabla periódica), y por ello se creía que todos los metales (o la mayoría de ellos) eran inter-convertibles.
El interés de lograr esta conversión entre dos metales diferentes era porque el oro tenía un valor comercial mucho más alto que el plomo y el plomo era más fácil de conseguir que el oro debido a su abundancia. En otras palabras “por la plata (y no el metal específicamente) baila el mono”.
Por otro lado, y para sumarle más expectativas a la tan buscada sustancia, se creía que la piedra filosofal era un “elixir de la vida”, es decir una sustancia capaz de curar todo mal y lograr la vida eterna.
En el libro de “Harry Potter y la piedra filosofal” de J. K. Rowling se le da peso al concepto de la inmortalidad de dicha piedra, mientras que en el libro “el alquimista” de Paulo Coelho se le da más peso a la intención de convertir el plomo en oro. Es por esto que podemos ver como la ciencia, en estos casos el inicio de ella, también se encuentra presente en la literatura universal, y aunque ambas son historias de ficción, y dedicadas a diferentes públicos, esconden (a mi parecer y entender) las dos ambiciones más queridas por todos los seres humanos, la vida eterna, y la riqueza infinita.
Como dichas ambiciones todavía siguen vigente, (y considero que seguirán mientras dure la raza humana) grupos de científicos de la actualidad han logrado, por medio de un acelerador de partículas y una emisión muy grande de energía convertir el bismuto (otro elemento cercano al plomo) en oro. Ojo, hay que tener en cuenta los detalles, no menores, de que las cantidades de oro que se lograron fueron ínfimas y que cuando se llevo a cabo dicho experimento costó alrededor de 5.000 dolares la hora, por lo que costaría mas de mil billones de dolares producir 28 gr (1 onza) de oro. Pero, a pesar de los detalles, este concepto demuestra que teóricamente es posible lograr la trasformación de plomo en oro. 

Si a esta idea le sumamos los avances en medicina logrados por décadas que han hecho aumentar la esperanza de vida (en aproximadamente 30 años desde inicios del siglo XIX hasta la actualidad) y la posibilidad de que Mirtha Legrand tenga escondido en su dormitorio un frasquito con “elixir de la vida eterna” podemos decir que a pesar de que nunca logremos la inmortalidad ni la producción masiva de oro en la cocina de casa, estas dos ambiciones del ser humano han sido las promotoras de grandes avances científicos por décadas!

  

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